viernes, agosto 19, 2005

¿Fin de época o fin de épica?


"Un sobreviviente de los ochenta", tituló Clarín hace unos días una nota que le hizo al actor y director Daniel Ritto quien estrena en Buenos Aires su película "Plástico cruel".

"A las tres de la tarde, Daniel Ritto llega a la nota como si surgiera de una obra de José Sbarra: cerveza tres cuartos en un puño, cigarrillo colgando de los labios, mirada algo turbia.", comienza el reportaje.

Y lo primero que se me viene a la cabeza es el estereotipo. Después vendrán las menciones a Enrique Symms y una galería de personajes infernales y reventados provenientes del bajo fondo de los ochenta.

Es más, siempre lo recuerdo a Symms por su aguda creatividad y su estilo de vida como en estado de realismo sucio permanente. Yo lo ví escribiendo a máquina en la redacción del viejo "Nuevo Sur" con el pucho en la boca y tomando whisky de una petaca que llevaba en el bolsillo interior de su sobretodo.

Yo mismo formaba parte de tribus parecidas que, al decir de Sabina, buscábamos el mar en un vaso de ginebra. O en mi caso, las estrellas en el bar Astral de la calle Corrientes.

Estaba también el Edu Sívori, nieto del legendario pintor, buscando casi con desesperación los últimos retazos de mística setentista en medio de tanto posmodernismo.

Estábamos todos en una película que finalmente nadie filmó.

Tal vez porque nos sucedió esa cosa terrible de no saber si llegamos demasiado temprano o demasiado tarde a la historia.

Hoy, según parece por lo que cuentan los diarios, Ritto asume el rito ochentista y se para desde el monólogo de un Bukowsky criollo a buscar, con más o menos desesperación que mi amigo Sívori, los últimos retazos de los ochenta.

Pero no sé por qué se me hace que sin la misma magia.

¿Saldremos a las calles como perros hambrientos a pintar Luca Vive en los paredones de la ciudad así como salieron alguna vez nuestros hermanos mayores a pintar Perón vuelve?

¿Cantaremos, medio herrumbados por el alcohol, aquello de aquí se queda la clara, la entrañable transparencia?

¿Lagrimearemos en silencio mientras leemos una vieja historia de "Buenos Aires me mata" de Laura Ramos?

Cuando Eduardo Sívori planeó aquella dulce locura que fue "Epitafio", una revista "ex-cultural" tal vez sin darse cuenta estaba anestesiando el fin de una época o, mejor dicho, el fin de la épica.

Se venía, claro, el pragmatismo y la política ya no era tomar el cielo por asalto sino apenas el arte de lo posible.

Hoy no tenemos película. O, tal vez la película está comenzando a ser filmada por nuestra memoria. Quién lo sabe ¿no?

1 comentario:

Anónimo dijo...

leia tu articulo y pensaba que tal vez esto de queres re-vivir epocas
pasadas debe tener que ver con esta caracteristica tan nuestra de
pensar que tenemos la solucion para todo...claro, tambien sabemos que
poco se puede hacer frente a algo que ya paso, que empezo de pudrio y
termino.
entonces esperamos unos anios y salimos a vestirnos con lo que usaba
antes, cantamos las canciones de antes, frecuentamos aquellos lugares
en lo que en su momento no pudimos hacer mas de lo que podiamos hacer y
soniamos con lo que deberiamos haber hecho....como el tunel del tiempo,
aquella serie donde justo en el momento en que los muchachitos estaban
por cambiar la historia el cuartel central los recuperaba....se
acuerdan ?
este tema a mi me lleva irremediablemente a pensar en la izquierda
argentina, y pienso con muchisima tristeza que tal vez esta cosa de
insistir en pararse en cualquier otra epoca menos en la que nos toca
vivir ha sido una de las causas de habernos convertidos en una
caricatura :(((

como dicen por ahi...sin animos de irritar a nadie, simplemente
diciendo lo que siento en este viernes agrio de buenos aires, con los
piketeros puteando por lo suyo y los taxistas puteando a los piketeros
y los que van a laburar puteando a los taxistas y los piketeros
puteando a los que van a laburar.......(s.PP)