
Pero mi pregunta de Oso es ¿Quién hizo a Menem?
Y mi respuesta de Chentoso es triste pero real: los ochenta.
¿Estás diciendo entonces, Oso, que la virulenta ola neoliberal que sacudió a buena parte del mundo durante los noventa es culpa de lo que se hizo en los ochenta?
Si y no. De lo que se hizo y de lo que no se hizo.
Porque tengo la sensación de que mientras Estados Unidos danzaba alegremente sus años locos, también se estaba gestando la serpiente en su huevo.
Mientras nosotros descansábamos de la represión al ritmo del Wadu Wadu se estaba gestando algo que no era precisamente la nueva era que cantaba Arco Iris.

Pero, Oso ¿qué podíamos hacer?
Nada. Pero siento que cuando no se puede hacer nada se puede hacer todo.
Pará de darte máquina, Oso. La historia tiene sus propios latidos y los que bombeamos el corazón del futuro somos nosotros mismos en el día a día. Ahora mismo, incluso.
Pero hace veinte años también nosotros bombeábamos el futuro y así nos fue. Los sesentosos tuvieron el Mayo Francés, las minifaldas y los Beatles. Los setentosos tuvieron el sueño de la Revolución. Los ochentosos ¿La democracia?
¿Te parece poco?
Por todo lo que se hizo en nombre de la democracia, sí… me parece apenas un vuelto del sueño de la Revolución.
¿Qué te pasa Oso que estás tan pesimista? ¿Hoy te levantaste con la pata izquierda?
No. No es pesimismo. Es empezar a estar alerta. Después de todo, cada década es como una nueva movida en el ajedrez de la historia.
Claro, y los noventa nos hicieron jaque.
Si, pero ahora que lo veo al osito del nuevo milenio tomar la leche antes de irse a la escuela te puedo decir que podemos irnos a bailar el wadu wadu tranquilos porque para el jaque mate falta un montón todavía…
La imagen que ilustra este post es la reproducción de una obra de Raúl Albanece